Por suerte cada vez es más común el uso de certificados
digitales en las web (el famoso https://), sobre todo en aquellas que
manejan datos personales, contraseñas, etc.
En este caso las comunicaciones viajan entre nosotros y el servidor
de forma cifrada, impidiendo que, aunque, alguien intercepte la
comunicación (algo muy sencillo en, por ejemplo una red wifi pública)
pueda acceder realmente al contenido, o al menos dificultando esta
tarea.
Y aunque todos los certificados hacen la misma función encriptar, tambien hacen honor a su nombre y certifican.
¿Y que es lo que puede certificar, un certificado? Pues mucha
información, pero básicamente el titular del certificado es el titular
del dominio que estas visitando, o que la empresa es quien dice ser,
y es aquí donde entra un tercero (y cuarto) de confianza.
Un certificado SSL sirve para brindar seguridad al
visitante de su página web, una manera de decirles a sus clientes que el
sitio es auténtico, real y confiable para ingresar datos personales.
Las siglas SSL responden a los términos en inglés (Secure Socket Layer),
el cual es un protocolo de seguridad que hace que sus datos viajen de
manera íntegra y segura, es decir, la transmisión de los datos entre un
servidor y usuario web, y en retroalimentación, es totalmente cifrada o
encriptada